Revista de Investigación Científica y Tecnológica
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Inteligencia emocional y desempeño académico en los estudiantes del
quinto grado en una institución educativa pública, Tumbes, 2024
Economic intelligence and academic descent among fifth-grad students at a public educational institution,
Tumbes, 2024
Jean Alex Cueva Cabanillas
Universidad César Vallejo, Perú
Yuri del Pilar Palomeque Yacila
Universidad César Vallejo, Perú
Resumen
La investigación tuvo como objetivo principal determinar la relación entre la inteligencia
emocional y el rendimiento académico en estudiantes de quinto grado de una institución
educativa pública en Tumbes durante 2024, alineándose con el ODS 4: Educación de
calidad, al buscar mejorar la comprensión de factores que influyen en el aprendizaje. Los
objetivos específicos incluyeron analizar la relación entre las dimensiones de la
inteligencia emocional: atención emocional, claridad emocional y reparación de
emociones, y el rendimiento académico. El estudio, de tipo cuantitativo, básico y no
experimental, utilizó un diseño correlacional causal. La población estuvo conformada por
386 estudiantes, de los cuales 56 participaron como muestra. Se aplicaron el test TMMS-
24 para medir la inteligencia emocional y los informes de progreso académicos para
evaluar el rendimiento. Los resultados mostraron que no existe una relación significativa
entre la inteligencia emocional (ni sus dimensiones específicas) y el rendimiento
académico (p > 0.05). Las conclusiones subrayan que el rendimiento académico no está
directamente influido por la inteligencia emocional, sino por factores contextuales y
mediadores, como la motivación o el entorno socioemocional.
Palabras claves: Inteligencia emocional, rendimiento académico, educación secundaria,
aprendizaje, desarrollo emocional.
Abstract
The research aimed to determine the relationship between emotional intelligence and
academic performance among fifth-grade students in a public school in Tumbes, Peru, in
2024. It aligns with SDG 4: Quality Education by addressing factors that influence
learning outcomes. The specific objectives included analyzing the relationship between
the dimensions of emotional intelligenceemotional attention, emotional clarity, and
emotion repairand academic performance. This quantitative, basic, non-experimental
study employed a correlational causal design. The population consisted of 386 students,
with a sample of 56 participants. The TMMS-24 test was used to assess emotional
intelligence, while academic performance was evaluated through progress reports. The
results indicated no significant relationship between emotional intelligence or its specific
dimensions and academic performance (p > 0.05). The conclusions highlight that
academic performance is not directly influenced by emotional intelligence but rather by
contextual and mediating factors, such as motivation and socio-emotional environments.
Keywords: Emotional intelligence, academic performance, secondary education,
learning, emotional development.
Publicado: 05/02/2025
Aceptado: 05/02/2025
Recibido: 18/01/2025
Open Access
Article scientific
https://doi.org/10.47422/ac.v6i1.190
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Introducción
En los últimos 5 años, la educación en el mundo ha sufrido
un gran impacto debido a la pandemia de la covid-19.
Desde luego, el cierre de escuelas a nivel mundial ha
agravado la situación que vivían millones de niños y
jóvenes en todo el mundo, pero cierto también es que,
desde antes de la pandemia, este sector ya evidenciaba
grandes dificultades. La Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL/OREALC/UNESCO,
2020) determinó que cerca de 1200 millones de estudiantes
de todo el mundo interrumpieron sus estudios y muchos de
ellos no volvieron a tener la oportunidad de seguir
estudiando. El Banco Mundial (2022), en interacción con
diversas instituciones, declaró, en el informe presentado
por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF), que el rendimiento académico de los
estudiantes había alcanzado un nivel alarmantemente bajo
y que se requería reformar la educación, porque menos del
4 % de las personas en edad escolar lograban comprender
lo que leían.
En esta misma línea, los resultados de la prueba PISA 2022,
presentados por La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OECD, 2023), a nivel
latinoamericano, resaltaron que la educación, en esta zona
del mundo, necesitaba, con suma urgencia, una
reestructuración de sus sistemas de enseñanza porque el
desempeño escolar de los discentes, próximos a culminar
la educación básica, estaba por debajo de lo esperado, aun
cuando se tomaron en cuenta factores como el retroceso
generado por la pandemia. El Perú no es ajeno a estos
resultados preocupantes. La Unidad de Medicación de
Calidad (UMC), Ministerio de Educación (Minedu, 2024),
que tomó como base la evaluación Pisa 2022, señaló en su
informe que aun cuando el Perú parece tener un mejor nivel
que otros países de la región, no puede omitirse el hecho de
que ha descendido 9 puntos con relación a la evaluación
anterior. Estos resultados llevaron a señalar al Minedu y la
OECD que los estudiantes tendrán muy pocas
oportunidades de progreso en el futuro.
Los resultados de la Evaluación Nacional de Logros de
Aprendizajes de Estudiantes (ENLA) del año 2023,
publicado por la UMC, Minedu (2024), arrojaron
resultados semejantes a lo ya visto a nivel mundial,
continental y nacional: el rendimiento académico de los
educandos de segundo de secundaria fue bajo: 47.7 % en
Inicio y 13.9 % en Previo al inicio; es decir, más del 60 %
de los estudiantes tumbesinos no alcanzaron el nivel que
deberían tener para su edad y el grado al que pertenecían.
Estos resultados no son ajenos a los estudiantes que están
por finalizar el último ciclo de la EBR en una IE pública de
Tumbes, en quienes, en los últimos meses, se ha observado
un mayor desinterés por el estudio y un aumento en el
tiempo que dedican a las redes sociales y a jugar en
internet. Esta situación ha generado preocupación entre
docentes, padres de familia y directivos, ya que ha afectado
negativa y directamente el desempeño estudiantil y el
desarrollo personal de estos discentes, además de haber
puesto en riesgo la promoción escolar de los mismos.
La IE ha tomado algunas medidas para detectar las
dificultades que tiene los estudiantes de quinto grado y se
ha logrado encontrar algunos caracteres comunes en ellos,
como la falta de empatía, el poco autoconocimiento o las
bajas habilidades sociales. Asimismo, han presentado, en
el trascurso de este año lectivo, comportamientos
disruptivos en el aula y desinterés. Por ello, y ante esta
situación, resulta pertinente plantear la siguiente pregunta:
¿Cuál es la relación entre la inteligencia emocional y el
desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024?
Tomando como base a la pregunta de investigación ya
presentada, se plantearon los siguientes problemas
específicos: ¿Cuál es la relación entre la dimensión
atención emocional y el desempeño académico en los
estudiantes del 5.º grado en una IE pública, Tumbes 2024?;
¿Cuál es la relación entre la dimensión claridad emocional
y el desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado
en una IE pública, Tumbes 2024?; y ¿Cuál es la relación
entre la dimensión reparación de las emociones y el
desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024?
Fernández (2020) resalta que, dentro la investigación
científica, una de las justificaciones más utilizadas es la
teórica. Al respecto, este autor señala que la
fundamentación teórica busca ampliar el conocimiento a
partir del estudio académico de un tema ya existente. En
este sentido, este trabajo tiene una justificación teórica
porque realizó un concienzudo análisis bibliográfico sobre
las variables tomadas en cuenta. Así, habiéndose visto que
los rasgos observados en los estudiantes del 5.º grado de
esta IE pública de Tumbes forman parte de las dimensiones
que conforman la inteligencia emocional se obtuvo la
información necesaria que permitió sustentar la respuesta a
la pregunta planteada. Por su parte, Hernández-Sampieri y
Mendoza. (2018) señalan que la justificación práctica se da
cuando la investigación aporta a la resolución de un
problema real y este es el caso de este trabajo de
investigación, pues abordó una problemática presente en
los estudiantes de una IE pública de Tumbes. Finalmente,
este trabajo tiene un sustento metodológico, porque elaboró
y aplicó instrumentos que permitieron valorar las variables
y dar respuesta a la pregunta de investigación; dado que,
como señala Fernández (2020), una justificación
metodológica es aquella que se centra en la creación o
aplicación de instrumentos que permitan analizar datos.
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Habiéndose ya justificado este trabajo de investigación, el
objetivo general planteado para el mismo fue: Determinar
cuál es la relación entre la inteligencia emocional y el
desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública de Tumbes 2024; de igual modo, los
objetivos específicos fueron los siguientes: Determinar
cuál es la relación entre la dimensión atención emocional y
el desempeño académico de los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024; Determinar cuál es la
relación entre la dimensión claridad emocional y el
desempeño académico de los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024; y Determinar cuál es la
relación entre la dimensión reparación de las emociones y
el desempeño académico de los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024.
La hipótesis que se planteó señala lo siguiente: Existe una
relación significativa entre la inteligencia emocional y el
desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024; mientras que la hipótesis
nula fue la que sigue: No existe una relación significativa
entre la inteligencia emocional y el desempeño académico
en los estudiantes del 5.º grado en una IE pública, Tumbes
2024. Siguiendo esta línea, las hipótesis específicas fueron
las que se muestran a continuación: Existe una relación
significativa entre la dimensión atención emocional y el
desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024; Existe una relación
significativa entre la dimensión claridad emocional y el
desempeño académico en los estudiantes del 5.º grado en
una IE pública, Tumbes 2024; y Existe una relación
significativa entre la dimensión reparación de las
emociones y el desempeño académico en los estudiantes
del 5.º grado en una IE pública, Tumbes 2024.
En cuanto a antecedentes, se tomaron en cuenta los
siguientes a nivel internacional: Nieto-Carracedo et al.
(2023) realizaron un estudio que tuvo como muestra a 96
estudiantes del nivel secundaria de una ciudad española.
Asimismo, se utilizaron tres tipos de test validados
internacionalmente y sus notas de rendimiento académico
finales. Se manejó la hipótesis de que la inteligencia
emocional guarda relación con el rendimiento académico y
presuponían que a mayor inteligencia emocional mejores
eran los desempeños académicos de los discentes. Los
resultados que obtuvieron validaron la hipótesis inicial de
manera parcial: existe una relación entre la inteligencia
emocional y el rendimiento académico de los estudiantes,
pero esta fue solo indirecta, ya que la inteligencia
emocional, por sola, no logra aumentar o mejorar el
aprendizaje, sino que lo hace a través de, lo que los autores
llaman, mediadores como el bienestar emocional o la
motivación.
Por su parte, Fontanillas-Moneo et al (2022) realizaron un
estudio para corroborar la hipótesis de que existente
relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento
académico de estudiantes del nivel secundaria con el fin de
establecer estrategias que puedan ayudar a los docentes a
mejorar su práctica pedagógica. La muestra utilizada la
conformaron 976 estudiantes de cinco instituciones
educativas de España y se tomaron en cuenta los
calificativos finales de los discentes en las distintas áreas,
así como la media global y se la comparó con la medición
de inteligencia emocional a través de la escala EQ-i: YV.
Este estudio tuvo como resultado que, al igual que el
estudio anterior, la hipótesis inicial fue parcialmente
confirmada: los estudiantes con mejores resultados de
aprendizaje son los que han desarrollado una mayor
inteligencia emocional; no obstante, aclara que la relación
directa entre ambas variables es significativamente baja,
por lo que establecer estrategias únicamente basadas en la
inteligencia emocional no darían los resultados esperados,
pero eso no evita que se recomiende siempre que en las
instituciones públicas se enseñe sobre inteligencia
emocional y que este estudio vaya de la mano de con la
enseñanza de todas las asignaturas.
De otro lado, pero en la misma dirección, los antecedentes
a nivel nacional considerados para este estudio fueron los
siguientes: Ramos-Vera et al. (2023), quienes se
propusieron investigar la influencia de la motivación y la
inteligencia emocional en el rendimiento académico de
estudiantes de nivel secundaria. Esta investigación fue
cuantitativa y predictiva, y utilizó el análisis de ecuaciones
estructurales (SEM). La población y muestra estuvo
compuesta por 416 estudiantes de diversas instituciones
educativas de un distrito de Lima. Estos discentes
respondieron tres instrumentos para valorar las variables
estudiadas. Los resultados obtenidos demostraron que entre
las variables estudiadas (inteligencia emocional,
motivación y compromiso escolar) hay una relación
estrecha, siendo el caso que los estudiantes con un mayor
desarrollo emocional se sentían más motivados por el
estudio y, con ello, su rendimiento académico era
visiblemente superior a quienes no tenían el mismo nivel
de desarrollo de inteligencia emocional.
En este mismo sentido, Mercader (2020) discutió la
importancia de la educación emocional como factor clave
que ayuda a reducir los problemas del adolescente en edad
escolar, entre ellos: el rendimiento académico. Este estudio
tuvo un diseño ex post facto correlacional y se tomó como
población y muestra a los 76 estudiantes de una IE de la
ciudad de Trujillo que evidenciaban problemas asociados,
entre otros, al rendimiento académico. Este trabajó subrayó
la poca investigación que existe sobre educación emocional
en el Perú y obtuvo como resultados que sí existe relación
entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico,
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pero esta se da de manera irregular, pues pareciera que
varía de acuerdo a las asignaturas; por esta razón, el autor
sugiere que se siga investigando al respecto.
Como es evidente, los estudios hechos sobre las variables
inteligencia emocional y rendimiento académico presentan
resultados similares: existe relación entre ambas
variables, pero esta relación contempla más factores
intervinientes, como la ejecución de talleres y programas
sobre inteligencia emocional o el desarrollo de mediadores,
como el bienestar emocional o la motivación. Asimismo,
debido a que no es un tema de estudio frecuente en Perú, se
hace necesario que se siga investigando.
Metodología
El Esta investigación es de tipo básica, porque, ante la
problemática que se detectó, se realizó una investigación
con el único el interés de que los estudiantes del 5.º grado
de la IE pública de Tumbes mejoren en sus logros de
aprendizaje plasmados en sus informes de progreso. En
este sentido, Pereyra (2020) señala que este tipo de
investigación surge de la curiosidad de resolver un
problema real y Delgado (2021) resalta que la investigación
básica ayuda a la creación de nuevo conocimiento.
Asimismo, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE, 2018) enfatiza que este tipo
de investigación permite la adquisición y la creación de
nuevo conocimiento.
De otro lado, el enfoque de este trabajo es cuantitativo
porque a través de la recopilación de datos, mediado por la
aplicación de instrumentos, se procedió a validar la
información obtenida y así corroborar la hipótesis trazada
en un trabajo de investigación (Jiménez, 2020). También
resulta pertinente señalar que este trabajo se realizó bajo un
diseño no experimental de alcance correlacional causal
porque buscó encontrar relaciones de influencia entre las
variables inteligencia emocional y rendimiento académico,
pero sin que haya manipulación directa sobre el contexto
de dichas variables; tal y como lo manifiestan Arias y
Covinos (2021) y Hernández-Sampieri y Mendoza (2018)
y Hernández-Sampieri et al. (2020): este tipo de diseño se
destaca porque no hay influencia externa sobre las
variables, haciendo que su estudio se en su medio
natural y tenga como única finalidad encontrar las
relaciones existentes entre sí. Para representar la relación
entre estas variables, se presenta el siguiente gráfico de
diseño.
Figura 1
Gráfico de diseño
La primera variable es inteligencia emocional. Al respecto,
Goleman (1995) la definió como la capacidad de entender
y comprender nuestras emociones y las de los demás con la
intención de poder gestionarlas adecuadamente. Sfetcu
(2023) estableció que este tipo de inteligencia permite a las
personas percibir sus propias habilidades emocionales y
que su inclusión adecuada en la educación puede afianzar
el aprendizaje. Bisquerra y Chao (2021) destacaron que la
inteligencia emocional no solo repercute en el plano
cognitivo, sino que su influencia puede aportar al bienestar
personal y social de todas las personas. Finalmente,
grandes autores e investigadores de la neuroeducación en
idioma español como Mora (2013), Guillén (2017) o Bueno
y Forés (2022) han destacado la gran influencia que tienen
las emociones dentro de la neurociencia de la educación,
ya que sin estas no existiría aprendizaje significativo. Estos
aportes respaldan categóricamente este trabajo de
investigación. Ahora bien, para el estudio de esta variable,
se ha tomado en cuenta las dimensiones que componen el
test de inteligencia emocional TMMS-24: atención
emocional, claridad emocional y reparación de las
emociones.
La segunda variable es el rendimiento académico. Tacilla
et al. (2020) señalaron, al hablar de rendimiento
académico, que puede asociarse a diversas definiciones
porque son muchos los factores y dimensiones que
intervienen en su desarrollo; no obstante, se puede
establecer, de manera globalizadora, que el nivel de
desempeño académico es el resultado de cuánto ha logrado
aprender un estudiante tras haber pasado por el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Martínez et al. (2020) enfatizaron
que el rendimiento académico depende de muchas
variables, entre las que destacan el bienestar emocional y
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Sereda et al. (2024) consideraron a la motivación como uno
de factores clave que intervienen para que haya un
aprendizaje significativo entre los estudiantes.
Ahora bien, la población, para este trabajo, estuvo
conformada por los 386 estudiantes de una IE pública de
Tumbes. Fue definida por Vizcaíno et al. (2023) como el
conjunto de personas u objetos que comparten caracteres
comunes y que se convierten en el centro de estudio de
cualquier investigación científica, porque sobre ellos se
aplicaron una serie de técnicas o instrumentos para validar
la hipótesis planteada (Hernández-Sampieri y Mendoza,
2018; y Hernández-Sampieri et al., 2020). Por su parte, la
muestra, definida por Mumtaz et al. (2020), es un
subconjunto de la población total elegido, mayormente, por
conveniencia y que se selecciona para obtener información
de la población cuando esta no se puede analizar en su
totalidad. Su importancia reside en que la muestra puede
determinar la validez del estudio realizado (Vizcaíno et al.,
2023). En esta investigación, la muestra la conforman los
56 estudiantes del 5.º grado de una IE pública de Tumbes.
La técnica empleada para este trabajo es la encuesta. Feria
et al. (2020) y Espinoza (2019) la definieron como la
técnica que permite al investigador estar en contacto con el
objeto de estudio y, mediante un conjunto de preguntas,
obtener información sobre el mismo. Hernández-Sampieri
y Mendoza (2018) y Hernández-Sampieri et al. (2020)
complementaron esta definición señalando que esta técnica
se aplica directamente a los intervinientes para obtener
información, esencialmente, impersonal sobre las variables
de estudio. Siguiendo esta misma línea, como instrumento
se utilizó el cuestionario. Al respecto, Hernández-Sampieri
y Mendoza (2018) y Hernández-Sampieri et al. (2020) la
reconocieron como uno de los instrumentos más utilizado
en investigación. Feria et al. (2020) señalaron que este
instrumento se vale de preguntas abiertas y cerradas, y
Espinoza (2019) consideró que este instrumento es el ideal
para recabar información sobre el comportamiento de las
personas. En este estudio, en particular y como ya se
mencionó, se utilizó el Test para evaluar los estados
emocionales/TMMS-24 para valorar la variable
inteligencia emocional. Este instrumento fue debidamente
validado por tres expertos antes de su aplicación en los
estudiantes que conformaban la prueba. Asimismo, el otro
instrumento utilizado, para valorar la variable rendimiento
académico, fue el informe de progreso de cada estudiante.
Para el análisis de datos, el método escogido fue el
descriptivo. Sobre este método, Hernández-Sampieri y
Mendoza (2018) y Hernández-Sampieri et al. (2020)
definieron a este método como el más adecuado para
estudiar poblaciones conformadas por personas, ya que lo
que se busca es el análisis de algunas de las características
de las mismas. Creswell y Creswell (2020)
complementaron la definición ya dada al indicar que este
tipo de método permite comprender, analizar e interpretar
un fenómeno de manera natural. Finalmente, este trabajo se
realizó bajo los lineamientos del Código de ética de la
UCV, procurando en todo momento mantener la
confidencialidad de las personas involucradas en el estudio,
así como los resultados obtenidos tras la aplicación de los
instrumentos elaborados. Por último, y siguiendo las
directrices de este Código de ética, se respetó el derecho
intelectual de los autores, cuyos artículos y libros fueron
utilizados como parte de la metodología de este trabajo de
investigación
Resultados
Para esta investigación, se utilizaron dos instrumentos: el
test TMMS-24 y los informes de progreso del tercer
bimestre de cada uno de los discentes. En cuanto al test,
este se aplicó a través de un formulario de Google a los 54
estudiantes que formaron parte de la muestra. Esta
aplicación contó con beneplácito de los padres de familia y
de la misma IE. En este mismo sentido, para la recopilación
de datos de todos los informes de progreso del tercer
bimestre, se solicitó la autorización del director de la IE y
el apoyo de cada educador que enseñaba en el grado
mencionado. Los resultados obtenidos tras el
procesamiento de la información se presentan a través de
las siguientes tablas:
Tabla 1
Normalidad de las variables inteligencia emocional y
rendimiento académico.
Descriptivas
Rendimiento
académico
W de Shapiro-
Wilk
0.989
Valor p de
Shapiro Wilk
0.896
Tomando en cuenta el valor p de Shapiro-Wilk, en la Tabla
1, la normalidad obtenida fue de 0.424 para la variable
inteligencia emocional y 0.896 para la variable rendimiento
académico. Estos resultados permitieron el análisis en
función al Coeficiente de relación de Pearson.
Tabla 2
Matriz de correlación entre las variables
Inteligencia
emocional
Rendimiento
académico
R de Pearson
0.164
gl
54
valor p
0.227
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De acuerdo a los resultados obtenidos en la Tabla 2, el valor
p fue 0.227 (p>0.05), lo cual establece que no existe
relación entre la variable rendimiento académico y la
variable inteligencia emocional. Es decir, los estudiantes
que mejores calificativos tenían no resultaron ser,
precisamente, quienes poseían un mayor desarrollo de su
inteligencia emocional.
En esta misma línea, se realizaron los análisis de matriz de
correlación entre cada una de las dimensiones de la variable
inteligencia emocional con respecto a la variable
rendimiento académico, cuyos resultados se presentan a
continuación en la Tabla 3, Tabla 4 y Tabla 5:
Tabla 3
Matriz de correlación de la dimensión atención emocional
y la variable rendimiento académico
Atención
emocional
Rendimiento
académico
R de Pearson
0.146
gl
54
valor p
0.282
La dimensión Atención emocional tuvo un valor p de 0.282
(p>0.05). Este resultado reveló con claridad que, dentro de
los estudiantes que formaron parte de este estudio, no existe
relación entre la dimensión que determina si el estudiante
es capaz de sentir y expresar los sentimientos
apropiadamente y la variable rendimiento académico.
Tabla 4
Matriz de correlación de la dimensión claridad emocional
y la variable rendimiento académico
Claridad emocional
Rendimiento
académico
R de Pearson
0.18
gl
54
valor p
0.184
La dimensión claridad emocional obtuvo un valor p de
0.184 (p>0.05), resultado que establece que no existe
relación entre esta dimensión que examina si los
estudiantes comprenden correctamente sus estados
emocionales y la variable estudiada.
Tabla 5
Matriz de correlación de la dimensión reparación de las
emociones y la variable rendimiento académico
Reparación de las
emociones
Rendimiento
académico
R de Pearson
0.075
gl
54
valor p
0.581
Finalmente, la dimensión reparación de las emociones tuvo
un valor p de 0.581 (p>0.05), y, como las otras dos
dimensiones de la variable inteligencia emocional, no
guarda relación con la variable rendimiento académico.
Ahora bien, tomando en cuenta la estadística ya presentada
y contrastando estos resultados con el objetivo general que
se planteó para este trabajo académico de investigación, se
logró determinar que no existe relación entre la variable
inteligencia emocional y la variable desempeño académico
en los estudiantes del 5.º grado en una IE pública de
Tumbes 2024. Con respecto a los objetivos específicos
propuestos, la estadística indica que tampoco existe
relación entre las dimensiones que componen a la variable
estudiada y el rendimiento académico. Estos resultados
también validan la hipótesis nula planteada: No existe una
importante relación entre las variables estudiadas en este
trabajo académico.
Discusión de Resultados
El objetivo general de esta investigación fue determinar
cuál es la relación entre las variables inteligencia
emocional y rendimiento académico en los estudiantes del
último grado de secundaria de una IE pública de Tumbes,
2024. Luego del procesamiento de los datos recabados tras
la aplicación del test TMMS-24 y la obtención de los
informes de progreso de cada estudiante se encontró que no
existe relación entre ambas variables (p>0.05), por lo que
la hipótesis planteada fue descartada y la hipótesis nula es
la que termina siendo validada. Asimismo, lo señalado
guarda relación con el estudio realizado por Nieto-
Carracedo et al. (2023), quienes, aunque establecieron que
existía relación entre las variables estudiadas,
determinaron que esta relación era muy baja y más bien se
dependía de otros factores intervinientes, que fungen como
mediadores, los que repercuten favorablemente en el
rendimiento académico de los educandos. No obstante,
vale la pena señalar que estos resultados difieren de la
creencia popular de que la inteligencia emocional es un
factor vital para fortalecer el aprendizaje de los estudiantes.
Al respecto, Fernández y Cabello (2021) establecen que la
inteligencia emocional sí influye en el éxito y rendimiento
académico, pero solo si se le ha educado al discente en
desarrollar su inteligencia emocional desde edades
tempranas. Por supuesto, estudios como el de Brackett et
al. (2019) o el de Cabello et al. (2016) han demostrado que
se puede educar en inteligencia emocional con grandes
resultados, pero esto requiere de preparación y tiempo. En
síntesis, si bien no se encontró una relación directa entre las
variables analizadas en los estudiantes del quinto grado en
una IE pública de Tumbes 2024, se puede argüir que este
resultado está dentro de lo esperado, ya que el concepto de
inteligencia emocional es reciente, más aún en el Perú, y
requiere de tiempo para que se realice una enseñanza
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adecuada, en este tipo de inteligencia, que permita a los
discentes obtener un desarrollo óptimo no solo a nivel
académico, sino en su formación integral.
Ahora, el primer objetivo específico de este trabajo
académico fue determinar cuál es la relación entre la
dimensión atención emocional y la variable rendimiento
académico en los estudiantes del último grado de
secundaria en una IE pública de Tumbes, 2024. Tras la
aplicación del instrumento ya mencionado y el posterior
análisis de los resultados obtenidos, se halló que no existe
relación entre la dimensión señalada y la variable
estudiada, ya que se obtuvo que p>0.05 (0.282). Ante lo
señalado, Fontanillas-Moneo et al (2022) validan
parcialmente este resultado, ya que, en su estudio, en el que
utilizaron un instrumento similar al de este trabajo,
demostraron que existe relación entre la dimensión
atención emocional y la variable rendimiento académico,
aunque destacaron que esta era significativamente baja. Del
mismo modo, tal y como lo señala el estudio realizado por
Sánchez et al. (2021), la dimensión atención emocional es
relacionada con el rendimiento académico, puesto que los
estudiantes con más bajas notas tienden a no desarrollar
adecuadamente esta dimensión y del mismo modo ocurre
con quienes obtienen mejores logros académicos, quienes
poseen un nivel adecuado de desarrollo de esta
dimensión de la inteligencia emocional. A diferencia de los
estudios ya señalados, resultados opuestos obtuvieron
Antonio-Agirre et al. (2019) en su estudio: la dimensión
atención emocional, a diferencia de las otras dos que
componen el instrumento utilizado, guarda una relación
negativa con respecto a la variable rendimiento académico.
Situación semejante evidencia el estudio realizado por
Escamilla et al. (2021), en donde se establece que esta
dimensión es la que guarda menor relación con la variable
estudiada. En consecuencia a lo señalado, vale recalcar que
no se ha logrado demostrar que exista un relación directa o
al menos significativa entre la dimensión atención
emocional y la variable rendimiento académico. Si bien es
cierto, los estudios realizados al respecto no son
concluyentes y muestran resultados divididos, en la IE
pública de Tumbes, en donde se realizó esta investigación,
los resultados fueron evidentes: no existe relación entre
la dimensión señalada (atención emocional) y la variable
estudiada (rendimiento académico).
Como segundo objetivo específico de esta investigación se
tuvo el establecer si existía una relación directa entre la
dimensión claridad emocional y la variable rendimiento
académico en los estudiantes de quinto grado de secundaria
en una IE pública de Tumbes, 2024. Luego de la aplicación
del test TMMS-24 se procedió con el análisis concienzudo
de los resultados y se concluyó que no existe relación entre
la dimensión estudiada y la variable rendimiento
académico, ya que se obtuvo que p>0.05 (0.184). Tomando
en cuenta esta conclusión, se puede mencionar que los
resultados obtenidos difieren totalmente del estudio
realizado por Ramos-Vera et al. (2023), en donde
establecieron que existía una relación estrecha entre la
dimensión estudiada y la variable propuesta, empero,
resulta preciso señalar que en este estudio se midió
principalmente la motivación y la inteligencia emocional,
teniendo como un efecto colateral el rendimiento
académico. En este caso, tiene sentido que no se haya
encontrado una relación directa entre la dimensión claridad
emocional y la variable analizada, ya que el óptimo
rendimiento académico depende de muchos factores y no
todos tienen un efecto directo sobre él. De esta manera, los
estudios realizados por Moya et al. (2024) y Rojas et al.
(2020) validan los resultados obtenidos sobre la dimensión
claridad emocional: no guarda relación con el rendimiento
académico, e incluso los últimos hallaron una relación
inversa entre estos dos elementos de estudio. Ante lo
expuesto, se puede establecer que, si bien sí existe relación
entre la dimensión claridad emocional y la variable
rendimiento académico, esta no siempre es positiva o
directa, sino que su influencia sobre la variable de estudio
es relativa o inexistente. Situación semejante a los
resultados obtenidos en los estudiantes del último grado de
secundaria en la IE pública de Tumbes.
Finalmente, el último objetivo específico planteado dentro
de este trabajo de investigación buscaba establecer si había
relación entre la dimensión reparación de las emociones y
el rendimiento académico en los estudiantes del quinto
grado de secundaria en una IE pública de Tumbes 2024. Al
igual que las otras dos dimensiones, los resultados
obtenidos demostraron que no existe relación, ya que
p>0.05 (0.581). En este sentido, cabe mencionar que lo
señalado está estrechamente ligado a las conclusiones de
Mercader (2020), quien, en su estudio, estableció que la
dimensión analizada estaba asociada al rendimiento
académico, pero de manera irregular, ya que encontró que
estos resultados variaban dependiendo, entre otros factores,
del nivel de aceptación o gusto por las asignaturas de parte
de los educandos; es decir, la dimensión reparación de las
emociones (y no solo la dimensión, sino la variable en
misma: inteligencia emocional) no influía directamente
sobre el rendimiento académico. Lo mismo o semejante
señalan los trabajos de Moya et al. (2024), Sánchez et al.
(2021), Fernández y Cabello (2021), Rojas et al. (2020),
Brackett et al. (2019), Antonio-Agirre et al. (2019) y
Cabello et al. (2016), estudios que ya fueron explicados
anteriormente: las dimensiones de la inteligencia
emocional, por sí solas o en conjunto, no son un indicador
del rendimiento académico, sino que pueden influir si están
en contacto con otros factores más determinantes, como los
mediadores o la motivación. En conclusión, si bien los
estudios que se han tomado en cuenta para este trabajo
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académico señalan que existe una relación entre la
variable inteligencia emocional (y sus respectivas
dimensiones) y la variable rendimiento académico, esta no
es exclusiva ni directa, y en algunos casos es hasta inversa,
por lo que los resultados obtenidos en este trabajo de
investigación no dejan de ser congruentes con los trabajos
que se han realizado hasta la fecha, pues, como bien señala
Mercader (2020), sobre inteligencia emocional aún queda
mucho por investigar.
Conclusiones
El presente estudio reveló que los estudiantes del último
ciclo de la EBR de una IE pública de Tumbes, 2024, la
inteligencia emocional no presentó una relación
significativa con el rendimiento académico. Aunque se
partió de la hipótesis de que un mayor desarrollo emocional
podría impactar favorablemente en los logros escolares, los
hallazgos sugieren que la variable estudiada está influida
por una diversidad de factores más complejos, entre los
cuales la inteligencia emocional no actúa como un factor
determinante directo.
En el análisis específico de las dimensiones de la
inteligencia emocional, se concluyó que ninguna de las tres
mostró una conexión significativa con el rendimiento
académico. Estos resultados reflejan que dichas
capacidades emocionales no se traducen automáticamente
en mejoras en el desempeño académico y subrayan la
necesidad de explorar otros elementos mediadores, como
la motivación, el ambiente familiar, las condiciones
socioeconómicas y el contexto educativo, que podrían
influir de manera más directa en el aprendizaje.
Es importante destacar que estos hallazgos no descartan la
relevancia de la variable estudiada en el desarrollo integral
de los estudiantes. Por el contrario, reafirman la idea de que
su impacto puede depender de una enseñanza y aplicación
más sistemática y prolongada, así como de su interacción
con otras estrategias pedagógicas. Estudios previos han
sugerido que los beneficios de la inteligencia emocional
son más evidentes cuando se promueve desde edades
tempranas y se refuerzan de manera consistente.
En síntesis, aunque este estudio no encontró evidencia de
una relación directa entre las variables analizadas, este
ofrece una base para reflexionar sobre cómo integrar la
educación emocional en un enfoque educativo más amplio,
que contemple otros factores determinantes del aprendizaje
y el desarrollo personal de los discentes. Asimismo,
subraya la importancia de realizar investigaciones futuras
que aborden estos aspectos desde perspectivas más
integradoras y contextualizadas.
Recomendaciones
Implementar en las instituciones educativas del país
programas de inteligencia emocional como parte del
currículo escolar. Si bien este estudio no encontró una
conexión directa entre las variables analizadas, el
desarrollo de estos programas puede tener un efecto
positivo en la formación integral de los educandos. Por lo
tanto, se sugiere la creación e implementación de talleres y
actividades continuas que refuercen las habilidades
emocionales evaluadas en el TMMS-24.
Incorporar estrategias pedagógicas que fortalezcan los
factores mediadores del aprendizaje. El estado del arte
sobre las variables estudiadas identifica que hay otros
factores relevantes que impactan positivamente en el
alumnados. Estos mediadores deben ser estudiados,
analizados e implementados en las aulas para lograr los
objetivos que se plantea para la educación peruana.
Promover las investigaciones sobre las variables analizadas
en este trabajo ya que, si bien en este estudio se concluye
que no tienen relación, no se debe dejar de lado que es una
disciplina relativamente nueva y que existe pocos estudios
de calidad al respecto. Por ello, el aumento de este tipo de
investigaciones nos dará una mayor y mejor comprensión
de la forma en que se relacionan las variables mencionadas.
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